viernes, 3 de diciembre de 2010

Una parte de mí.

- Quieres una piteada?
- No sé fumar.
Ta que huevón, solo haz como si estuvieras respirando el humo.
Siento como el humo recorre ásperamente mi garganta, y penetra lentamente mis entrañas. Al igual que una mujer perdiendo la virginidad, mis pulmones sufren al ser perpetrados por primera vez por aquel elemento tan tóxico, mi cuerpo devuelve bruscamente el humo en mi interior.
-Cof! Cof!, mierda!, me cagué.
- No te preocupes, la primera vez siempre es así, ya te acostumbrarás.
Han pasado ya varios años, y te has convertido en una parte de mí,  cuando no estás, me siento incompleto, como si me faltara un dedo, una mano o un brazo, me siento inseguro de mi mismo,  el mundo tambalea y mis piernas no pueden mantener el equilibrio.
No recuerdo exactamente cuando empecé a depender de ti, pero sé que ya no hay marcha atrás, tú me haces más fuerte, más valiente, más atrevido… Contigo soy alguien mejor, y a pesar que muchos no entienden nuestra relación, yo sé que nunca me abandonarás, y siempre estarás ahí para mí.
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Pablo murió de cáncer al pulmón, todos dicen que murió joven, yo creo que con 48 años ya has vivido suficiente, él mismo lo decía, Hice todo lo que tenía que hacer, vivir más tiempo, sería para ver cómo me destruyo lentamente. Y tenía razón, a nadie le gustaría despertarse un día, y verse al espejo, cada día más arrugado, mas solo, y más adolorido.
Pablo, prácticamente se suicidó, el día que le detectaron el cáncer, no fue tan maricón para dejar de fumar, él sabía que ese día llegaría, y estaba agradecido por ello. Toda la familia le rogaba que, por favor, dejara los cigarrillos, que nunca mejoraría si seguía con ese estilo de vida, pero Pablo nunca hizo caso.

De niño, siempre lo visitaba, me hablaba de lo importante que era sentirse vivo, de aprovechar al máximo la capacidad de sentir, de lo hermosos que eran los problemas, para hacer la vida más entretenida, y de lo delicioso que era sufrir, para sentirse vivo.Siempre era grato visitarlo, era mi maestro, mi mentor, me guiaba en el camino de la vida, me contaba sus experiencias, siempre con alguna enseñanza, él me enseñó a no arrepentirme del pasado, en vez de eso, me enseño a darle las gracias, por hacerme quien soy ahora. Y por supuesto, él me consiguió mi primera experiencia sexual, por eso, le estaré eternamente agradecido.

Tuve la fortuna de verlo unos minutos antes de su muerte, estaba demacrado, pero siempre con su cigarro en la mano y una sonrisa de pendejo en el rostro, le di las gracias, por todo lo que había hecho por mí, el me agradeció a mí, por haber sido como el hijo que nunca tuvo.Me dijo que había llegado la hora, que sentía que su alma ya quería salir de su cuerpo, me miró a los ojos, y con el poco aire que le quedaba me dijo....


-Quieres una piteada?....




En honor al Lucky

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